Dilma y Blatter se pasan la pelota
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Tras acusaciones cruzadas, la presidenta de Brasil y el titular de la Fifa liman asperezas y encaran un acuerdo que garantice la organización del Mundial.
La cumbre entre la presidenta brasileña Dilma Rousseff y el titular de la Fifa Joseph Blatter se precipitó tras una crisis entre los delegados encargados de la organización. El secretario general de la entidad deportiva, Jerome Valcke, sostuvo que “Brasil merece una patada en el trasero”, a lo que el recientemente asumido ministro de Deportes, Aldo Rebelo, retrucó increpando sobre quién se debería llevar el “patadón”, traducción elegante de una discusión que puso al vilo la realización del megaevento en Brasil. Tamaña crisis provocó la licencia del presidente de la CBF, Ricardo Teixeira y precipitó el encuentro.
Ahora, el desafío de Dilma Rousseff es lograr encarar un acuerdo para pasar, en un díscolo Parlamento, una ley que entre otras cosas habilita la venta de bebidas alcohólicas en los estadios. Si bien en el año 2010, Brasil ajustó algunas normativas para desarrollar la Copa 2014 de la Fifa, como un sistema de licitaciones especiales o subsidios y exenciones fiscales a empresas que proveerán servicios en el evento, aún faltan algunos puntos que preocupan a la máxima entidad del fútbol, especialmente en lo que refiere a la venta de bebidas alcohólicas en los estadios.
Al respecto, y previo a la reunión entre Dilma Rousseff y Joseph Blatter, Aldo Rebelo sostuvo que “el gobierno federal mantiene el compromiso asumido junto a la Fifa relacionado a la venta de alimentos y bebidas en los estadios y otros locales durante la Copa del Mundo y consta en el proyecto de ley originalmente enviado en el Congreso nacional”. Sin embargo, el bloque de aliados decidió retirar del proyecto original los artículos que habilitan la venta y posponer su incorporación para un debate a realizarse la semana que viene en el recinto, tal como aclaró el presidente de la Cámara de Diputados, Arlindo Chinaglia.
Este punto para la Fifa es fundamental, porque la empresa de cervezas Budweiser es uno de los patrocinadores más relevantes de la Copa del Mundo. Y si bien la venta de bebidas alcohólicas está prohibida por la ley brasileña, el organismo rector del fútbol mundial insiste en los cambios por el compromiso asumido por Brasil en 2007 para organizar el torneo. Aunque el Senado podría reintroducir la habilitación, de no hacerlo, aún podrían negociarse los permisos a nivel estadual en las 12 ciudades donde transcurriría el evento.
Tras sendos pedidos de disculpas de Valcke y el presidente de la Fifa, el diferendo parece quedar superado tras el encuentro entre Blatter y Dilma, junto al astro del fútbol y embajador del gobierno para el Mundial, Edson Arantes do Nascemento –Pelé, y al secretario de Deporte, Aldo Rebelo, quienes dispusieron una agenda con temas vinculados al Mundial–.
Sobre la participación de Pelé en la reunión, Joseph Blatter aseguró estar “muy complacido” de su inclusión en “esta importante reunión” para “abordar el estado de los preparativos y qué necesidades requieren satisfacerse en los próximos meses para lograr el objetivo común de la Fifa y del gobierno brasileño para organizar una gran Copa de Federaciones de la Fifa en junio de 2013 y una exitosa Copa del Mundo de la Fifa 2014”.
A pesar de los vaivenes, el secretario ejecutivo del Ministerio de Deportes, Luis Fernandes, responsable de garantizar la realización del Mundial, aseguró a Miradas al Sur “No existe algún problema que comprometa la realización de la Copa con éxito. Los estadios están dentro del cronograma y las obras esenciales para el evento también. Estoy convencido que la Copa será un éxito, importante no sólo para Brasil, sino para toda América del Sur. La última Copa en tierras suramericanas fue en 1978, en la Argentina. Por eso, para el gobierno brasileño, esta Copa no es únicamente de Brasil, sino de toda América del Sur.” En lo que refiere a la sanción de la normativa, el funcionario se mostró optimista sobre aprobación, ya que la discusión se centra en la habilitación de la venta de bebidas alcohólicas durante los juegos de la copa.
Otro punto, no menos importante, son los avances en las obras de infraestructura. El gobierno brasileño tiene que garantizar la infraestructura de los doce estadios, además de las redes de comunicación terrestre y aérea, así como la accesibilidad y disponibilidad hotelera para delegaciones y simpatizantes de los equipos. Al respecto, Fernandes aseguró que no hay inconveniente alguno que pueda impedir la realización del mundial. Por lo que pareciera que el mundial se queda en Brasil donde Dilma y Blatter tomarán su cerveza fría en el Maracaná.
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