Observatorio Política Brasileña

Miradas al Sur

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lunes, 17 de noviembre de 2014

Balance crítico de los gobiernos post-neoliberales en América Latina. Emir Sader

http://sur.infonews.com/nota/9982/balance-critico-de-los-gobiernos-post-neoliberales-en-america-latina


Conversatorio en la UBA

Balance crítico de los gobiernos post neoliberales en América latina

El politólogo brasileño Emir Sader presentó su libro Lula-Dilma, 10 años de gobiernos post-neoliberales y dialogó con Miradas al Sur sobre las realidades actuales y las posibilidades de cambios profundos en los países de la región.

Balance crítico de los gobiernos post neoliberales en América latina
Cada tanto, el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, como modalidad de trabajo realiza lo que llaman “conversatorios”, donde invitan a importante intelectuales para charlar con los investigadores de esa casa de estudios y reflexionar sobre temas de coyuntura. En esta ocasión, convido al Profesor Emir Sader, politólogo brasileño, vinculado al Partido de los Trabajadores y el Movimiento de los Sin Tierra, ex secretario ejecutivo de Clacso y actual Profesor en la Universidad de San Pablo y Río de Janeiro.
En un ambiente más que agradable, con medialunas y café, en una salita pequeña pero colmada con una treintena de investigadores del instituto, tras la presentación de Carolina Mera, directora del Instituto, y la presentación de Julián Rebón, ex director de la casa, Emir Sader comenzó agradeciendo el desayuno y la primavera de Buenos Aires, un elogio para la sonrisa de los participantes, para luego comenzar con la presentación de su trabajo. En esta oportunidad, el intelectual de la izquierda latinoamericana, comenzó con la presentación de su libro Lula-Dilma. 10 años de gobiernos post-neoliberales en Brasil.
Un libro que fue apoyado por el Instituto Lula, donde tuvo la libertad de invitar a 50 diferentes intelectuales para reflexionar sobre los diez años de gobierno del PT, que como casi todos los gobiernos progresistas de América latina, es un gobierno de tipo pragmático y empírico, que a consideración del Emir Sader, avanzó por la línea de menor resistencia y que Lula es la personificación de eso. El libro tiene artículos críticos referidos a temas sobre políticas de medios de comunicación, reforma agraria, medio ambiente, entre otros. Desde su publicación en portugués, en seis meses superó el millón de descargas y ahora se edita en español. (Miradas al Sur dispuso un link para su descarga en portugués, para bajarlo ir a: http://bit.ly/1Ep1EwD.
En primer término, Emir Sader abordó el concepto de post-neoliberalismo, y sostuvo que “es una categoría descriptiva, porque cuando vino el neoliberalismo desconcertó a todos, por la avalancha que traía, por la supuesta modernización de la derecha, por la expansión universal que logró. Algunas personas de la izquierda, con cierta razón, decían que el neoliberalismo era la versión más radical del capitalismo, transforma todo en mercancía, y sólo salimos de eso con el socialismo. Teóricamente podría ser, no es que cerremos el tema, porque la verdad es que el Estado de Bienestar fue un paréntesis en la lógica liberal del capitalismo, el neoliberalismo mercantiliza todo, y sólo se sale con el socialismo. Pero: ¿qué pasa con la correlación de fuerzas?, que no muestra eso, porque el neoliberalismo viene del marco de un retroceso global enorme; para mencionarlo claramente, salimos de un mundo bipolar a uno unipolar, bajo una hegemonía imperial que cambió la correlación de fuerzas, lo que implicó un cambio inmenso, y la victoria de los Estados Unidos no fue sólo una victoria política, sino que fue una victoria ideológica”.
Ampliando el concepto de victoria ideológica, Emir Sader sostuvo: “En la guerra fría había dos interpretaciones del mundo, supuestamente, una que decía que la contradicción fundamental era entre “Socialismo” y “Capitalismo”, personificado en el campo socialista, y la otra que la centraba entre “Democracia y Autoritarismo” que derrotó al totalitarismo Nazi-fascista y ahora derrotaba al estalinismo. Pero en ese marco ellos ganaron, porque como Democracia, quedó la Democracia Liberal, y el capitalismo quedó como la economía. Además, la victoria ideológica monstruosa del modo de vida norteamericano, todo lo que está aparejado con su hegemonía. Además, se agotó un ciclo largo expansivo del capitalismo, lo que para Hobsbawm había sido la era de oro del capitalismo, desde el final de la segunda guerra hasta final de los años setenta, para el ingreso a un ciclo largo recesivo. A su vez, salimos de un modelo hegemónico regulador del bienestar social, keynesiano, a un modelo liberal de mercado. Esos tres factores se conjugan para marcar un retroceso brutal en la correlación de fuerzas a escala mundial; por eso, no basta con plantear una solución socialista, porque no hubo una derrota sólo del modelo soviético, la imagen socialista, del Estado, de la política, de los partidos, de los sindicatos (guack, sonrisas) se han desprestigiado; por lo que el socialismo se debilitó”.
Este escenario provocó un cambio de polaridad, que pasó de Capitalismo-Socialismo a Neoliberalismo-AntiNeoliberalismo, según Sader: “El socialismo salió de la agenda mundial. Se puede hablar de Socialismo del siglo XXI, pero nadie puede decir que en Venezuela hay socialismo. Es un objetivo, como Fidel dijo en 1961 “seremos todos socialistas”, pero lo cierto es que salió de la agenda. Con la irrupción del neoliberalismo el tema actual es consolidación o superación. De ahí el concepto de post-neoliberalismo para gobiernos que están en procesos de superación. Es significativo que en todas las elecciones, las polarizaciones se dan entre gobiernos progresistas posneoliberales y alternativas a derecha, con programas neoliberales. Incluso en Brasil, políticos que salen del gobierno para hacer una oposición pretendidamente de izquierda van rápidamente con la derecha, sea Eduardo Campos, que era socialista, o Marina Silva, que es ecologista, asumen el modelo económico consolidado. Lo que se da es que en la sociedad está anclada la polarización neoliberalismo vs antineoliberalismo. Esa es una realidad, no es la que queremos. Y las fuerzas de ultraizquierda, con el respeto que hay que tener por ellas, no han logrado consolidarse como fuerzas alternativas, pero la idea de que vamos a salir de esto con el socialismo, no agarra apoyo en la sociedad. Esa es la polarización, por eso post-neoliberalismo, para darle un nombre que no significa nada, simplemente algo posterior”.
En definitiva, el post-neoliberalismo es expresado por las actuales gestiones en América latina y tiene elementos que lo diferencia de la etapa anterior. En palabras de Sader: “Los gobiernos progresistas tienen tres elementos en común por lo que se puede decir que han roto con lo esencial del neoliberalismo. En primer lugar, la prioridad no es el ajuste fiscal, son las políticas sociales. Porque tanto Argentina y Brasil están en estancamiento económico, o en crecimiento vegetativo, pero se siguen implementando las políticas sociales, es la prioridad en el continente de América latina, la región más desigual del mundo, por lo que es el tema central nuestro; eso ya cambia radicalmente respecto a los gobiernos neoliberales. En segundo lugar, la prioridad no son los tratados de libre comercio con Estados Unidos, sino que es la integración regional y la relación Sur-Sur, lo también cambia nuestra inserción en el mundo. En tercer lugar, no es la centralidad del mercado, se rescata al Estado como instrumento que induce el crecimiento económico y garantiza derechos sociales. Tres elementos centrales, creo, políticas sociales, alianza regional y rescate del Estado, por lo que en su naturaleza son claramente distintos a los gobiernos neoliberales”.
Si bien los gobiernos de Venezuela, Bolivia o Ecuador pueden tener componentes anticapitalistas, frente a Argentina, Uruguay y Brasil que subyace la lógica antineoliberal, para Emir Sader los mismos pueden considerarse post-neoliberales, porque “consideramos que este concepto, descriptivo, apunta a rasgos y fenómenos sin decir conceptualmente lo que es. Y sí entendemos que decir que es igual a lo que fue el neoliberalismo es equivocado, decir que es más de lo que es, es errado. Porque si bien están en el marco del capitalismo, tienen una lógica opuesta al capital. En Brasil nunca se eligió a alguien contra el mercado, ahora sí, cualquiera sea lo que corresponda a la palabra mercado. Todo el gran empresariado estuvo con la derecha, todo. La Bolsa de Valores, toda con la derecha. Porque la lógica de nuestros países es la distribución de renta. Y este gran empresariado acumula riquezas con la exportación y el consumo agroexterno del mercado, no quieren producir lo que necesitan las nuevas capas emergentes y a su vez demandan gente que tenga recursos para comprar. Esa contradicción, es porque tienen su capital en las manos y la democratización social choca con eso. Por eso hay momentos en que se juegan a invertir y también a realizar boicots políticos al gobierno, quieren seguir ganando plata pero también apuestan a cambiar políticamente”.
Como cierre, Emir Saber expuso las contradicciones de esta nueva etapa y los desafíos que tienen estos gobiernos. Al respecto dijo: “Ellos quieren producir soja o coches, y la especulación financiera para ellos es cara. Además, cuando gobiernos como Brasil, para protegerse del terrorismo inflacionario, sube la tasa de interés les facilita la especulación financiera. Entonces hay una lógica allí donde se gana mucho más en la bolsa de valores que en cualquier inversión productiva. Porque tiene más liquidez, paga menos impuestos, una lógica diabólica, que se fomenta cuando se mantiene la tasa de interés alta. Hay una contradicción ahora que hace que nuestros procesos estén en su límite. Porque no hemos cambiado la estructura de poder más profunda de nuestras sociedades. Avanzamos por la ley de menor resistencia, no hay política social neoliberal por aquí, los tratados de libre comercio en Estados Unidos no tenían buenos antecedentes, no daban grandes perspectivas para la situación regional, y todavía más con la crisis de 2008 no entender al Estado como palanca fundamental de resistencia a la crisis, es una tontería. Lo que implica un avance en ese orden, pero no rompimos con algo fundamental, la hegemonía del capital financiero, porque esta fase de ciclo largo recesivo se profundiza, porque la hegemonía no está en el capital productivo sino en el especulativo. En tanto Reagan sostenía que había que desregular todo, porque hay muchos frenos a la inversión, Marx afirmaba que el capital no está para producir sino para acumular”, síntesis que recibió el aplauso de los investigadores.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Más allá de nordestinos y bandeirantes


http://sur.infonews.com/nota/9894/mas-alla-de-nordestinos-y-bandeirantes

Elecciones en Brasil

Más allá de nordestinos y bandeirantes

Más allá de nordestinos  y bandeirantes
Foto: Ricardo Romero
El equipo de campaña tuvo tres semanas de intenso trabajo, y si bien el viernes 24 estuvieron un poco relajados, porque tanto las encuestas de Ibope como Data Folha así como su testeo de traking colocaban a la actual mandataria arriba por 6 puntos sobre el tucano. Sin embargo, recién pudieron relajarse cuando los pos-net dispuestos para sufragar a lo largo de Brasil imprimieron las actas electrónicas que sentenciaron la victoria de Dilma Rousseff. El domingo pasado, con 54,5 millones de votos, la mandataria derrotó a Aêcio Neves, quien obtuvo poco más de 51 millones, de los 105,5 millones de sufragios válidos. Fueron 112 millones de brasileños que concurrieron a las urnas digitales, si se les suman los 5,2 millones de nulos y otros 1,9 millones en blanco. 
Más allá de que la diferencia fue de una distancia nada despreciable de 3,5 millones de apoyos, inmediatamente los medios marcaron a esta contienda como una de las elecciones más reñidas en la historia de los balotajes en Brasil, mecanismo implementado con la Constitución de 1988 y aplicado por primera vez al año siguiente, quedando por debajo de la diferencia de 4 millones que sacó Collor de Mello derrotó cuando derrotó a Luiz Iná­cio Lula da Silva en 1989.
Es la sexta vez que un candidato del Partido de los Trabajadores enfrenta a uno del Partido de la Social Democracia Brasileña. Dos veces el postulante petista, Lula, fue derrotado por un tucano en primera vuelta, en ambas ocasiones por Fernando Henrique Cardoso (55,22% a 39,7% en 1994 y 53,06% a 31,71% en 1998). En tanto que las últimas cuatro elecciones fueron ganadas por el PT en segunda vuelta, dos veces con Lula (en 2002 con 61,27% a José Serra con el 37,72% y en 2006 con 60,83% a Geraldo Alckmin 39,17%) y dos elecciones con Dilma Rousseff (en 2010 con el 56,05% a José Serra con el 43,95% y este año con el 51,64% a Aêcio Neves con el 48,36%). Así, este clásico político concluye con una tetravictoria y consolida al petismo por más de tres lustros en el gobierno.
Nordestinos vs. Bandeirantes. Apresuradamente, analistas y medios de comunicación salieron a sostener que la presidenta ganó gracias al asistencialismo hacia los sectores populares, especialmente localizados en el nordeste del país. Incluso, esta situación desa­tó la furia de los sectores medio-altos de San Pablo, expresado fuertemente en las redes sociales. Podemos tomar como ejemplo a la modelo Loris Kraemerh, de 22 años, que quemó su documento electoral por la victoria de Dilma Rousseff. La rubia subió en su cuenta de Instagram un video donde le prende fuego a la cédula. Y su indignación no terminó allí, publicó en su cuenta de Facebook para sus 7.267 seguidores: “Para bien de los electores del Nordeste que votan al PT y después van a San Pablo gobernado por el PSDB atrás de una vida mejor”.
Pero si bien es un dato insoslayable que con los votos del nordeste brasileño Dilma Rousseff pudo compensar la diferencia que logró Aêcio Neves, porque el tucano sacó una diferencia de 6.807.906 de votos en el Estado de San Pablo; 1.115.271 en Santa Catarina; y en Paraná 1.356.285; la petista logró contraponerlo con su performance de más del 70% en cinco Estados, donde obtuvo ventajas de 2.907.306 en Bahía; 2.455.129 en Ceará; 1.978.899 en Pernambuco; 1.808.245 en Maranhão, y 1.001.212 en Piauí, lo cierto es que cabe hacer un análisis más profundo de la situación. 
Porque cabe destacar que Dilma Rousseff sumó más votos en la región sur y sudeste, unos 26,7 millones, que en la región del nordeste y norte, donde alcanzó 24,8 millones. A su vez, resulta inapropiado sostener que el PT es mero voto de las zonas pobres del Brasil, porque obtuvo 8.488.383 en San Pablo; 5.979.422 en Minas Gerais; 4.488.183 en Río de Janeiro; 911.906 en Espíritu Santo; 2.408.740 en Paraná; 1.353.808 en Santa Catarina y 2.997.360 en Rio Grande do Sul, los Estados más industrializados del país.
Otro argumento es que Dilma Rousseff ganó con el asistencialismo del Programa Bolsa Familia y apresuradamente provocó el exabrupto de Eleika Bezerra Guerreiro, concejala de Natal en Rio Grande do Norte por el PSDC (Partido Social Demócrata Cristiano), que pintó de rojo el norte y el nordeste afirmando que es una nueva Cuba y de azul el sur y sudeste porque representa el verdadero Brasil. Y su nazismo no se detuvo allí, porque propuso implosionar a Minas Gerais para que sea un lago de contención entre ambas regiones. Algo no muy alejado del planteo de Aêcio Neves, cuando en el último debate sostuvo que Dilma Rousseff quería convertir al país en una Argentina o una Venezuela.
Es que estas afirmaciones se sostienen en estudios como el realizado por un equipo de periodismo de investigación de la Red Globo, que efectuó un testeo de correlación entre la votación de la presidenta y la proporción de familias que reciben la asignación en los más de 5 mil municipios y, como se esperaba, existe una correspondencia entre el nivel de votación y la proporción de beneficiarios del programa federal. Más allá de eso, este planteo esconde un detalle, y es que la petista logró vencer las elecciones con más votos fuera de la región del nordeste y también puede afirmarse que lo hace independientemente de esa política.
Por eso, conjeturar que la preferencia por Dilma Rousseff creció en concordancia con las ciudades beneficiadas por las cuotas del beneficio, tienen una base monocausal que no consideran otros factores que pueden influir en la decisión individual de los electores, porque se tomó como referencia el comportamiento en los municipios. A su vez, no toman otras variables que pueden distorsionar o converger el análisis, como nivel de de­sarrollo, densidad de población, referencias partidarias locales, etc. 
A su vez, siguiendo los mismos datos publicados en el blog de este equipo de investigación (http://oglobo.globo.com/blogs/base-dados/) los votos provenientes del Bolsa Familia no alcanzan para que Dilma Rousseff gane las elecciones. Incluso al ver la correlación entre el primer y el segundo turno, se puede observar que no hubo correspondencia entre el crecimiento de votos de la candidata petista y la geolocalización de los planes sociales, lo que muestra que no hubo asociación entre la victoria de la mandataria y esta política social. 
Es más, en los mapas divulgados en el blog, se presenta que la presidenta mantuvo su nivel de preferencia en las ciudades de mayor proporcionalidad de asignación del programa, en tanto que sumó votos decisivos en ciudades como Minas Gerais, Río de Janeiro o mismo San Pablo, donde no tienen altos porcentajes de beneficiarios, lo que muestra la independencia de la victoria respecto a esta programa de gobierno.
Inclusive, la columnista de Fo­lha de San Pablo Mônica Bergamo sostuvo que: “El mapa de la victoria de Dilma Rousseff sobre Aêcio Neves en Minas Gerais desarma la tesis de que regiones más ricas votan al PSDB y las más pobres al PT. En tanto que el tucano ganó en Belo Horizonte y en el sur de Minas, la petista venció en el próspero Triângulo Mineiro y en ciudades medias importantes, como Juiz de Foro, así como en regiones más carentes del Estado, como el Valle de Jequitinhonha”. Es más, un dato que preocupó al PT es que perdió votos en zonas periféricas de San Pablo, como en Cohab José Bonifacio, Itaquera, São Miguel Paulista, Capão Redondo, Campo Limpo, Brasilândia y en otros barrios donde estaban acostumbrados a ganarles a los tucanos con holgura.
En definitiva, de los 15 Estados en que ganó Dilma Rousseff, en 11 lo hizo con más del 60%, en tanto que Aêcio Neves sólo en 5 distritos logró superar esa marca de los 12 que conquistó. Y como nadie es profeta en su tierra, resulta interesante ver que la petista pierde en Rio Grande Do Sul, donde actualmente reside, aunque gana en Pernambuco, ciudad donde nació y de la que era oriundo Eduardo Campos; en tanto que el tucano pierde Minas Gerais, de donde fue gobernador.
Un debate más profundo. Pero éste no es un mero clásico entre dos partidos, sino que implica la confrontación de dos proyectos de país. En San Pablo,Miradas al Sur pudo conversar con Félix Ruiz Sánchez, quien es profesor de la PUC-SP y asesor del gobierno de Fernando Haddad en el municipio, y que fuera coordinador del Presupuesto Participativo en la gestión de Marta Suplicy y miembro del gabinete de Fernando Lugo en Paraguay. Según el especialista: “Esta elección permitió establecer un debate de fondo entre el PT y el PSDB, donde se expresaron diferencias claras de programa. Además, obligó al petismo a salir de la inercia de gestión y restablecer vínculos con la sociedad. Su desafío es reencontrar propuestas de cambio, no en el sentido conservador de Neves, sino en la propuesta original del PT”.
En el mismo sentido, Leonardo Boff en una columna de Brasil de Fato referida a comprender la victoria de Dilma Rousseff, sostuvo que “la cuestión de fondo de nuestro país está siendo ecualizada: garantizar a todos, más principalmente a los pobres, el acceso a los bienes de la vida, para superar la espantosa desigualdad y crear mediante la educación oportunidades a los pequeños para que puedan crecer, se desarrollen y se humanicen como ciudadanos activos”. A su vez, agrega: “Este proyecto despertó el sentido de la soberanía de Brasil, lo proyectó en el escenario mundial como una posición independiente, cobrando un nuevo orden mundial, en el cual la humanidad se descubre como humanidad, habitando la misma Casa Común” (Brasil de Fato, 28/10/2014).
Más duro es el politólogo argentino Gonzalo Rojas, radicado en Paraíba y profesor de la Universidad de Campina Grande, quien consultado por Miradas al Sur sostuvo: “Es un triunfo pírrico de Dilma frente a la incomprensión de la importancia de las jornadas de junio de 2013, las huelgas del primer semestre, que superaron las direcciones y las señales a los mercados. Porque los que ayer eran llamados nazis, hoy son convocados al diálogo. Si bien triunfó el PT, la crisis de su proyecto es innegable”.
Desde otro aspecto, y en referencia a las movilizaciones del año pasado, la izquierda trotskista tomó posición fuerte contra el tucano, porque la candidata Luciana Genro sostuvo que “recomendamos a los electores del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) que no voten por Aécio Neves en el segundo turno de las elecciones presidenciales”, alegando que “la criminalización de las movilizaciones populares y de los pobres emprendida por los gobiernos tucanos, en especial el de Geraldo Alckmin, nos coloca en oposición frontal al proyecto del PSDB”.
Nuevo tablero político. Disputada la partida, cabe señalar que el escenario deja a un tercero en discordia, que es el Partido Democrático Brasileño, hoy aliado del PT, que lo acompaña con Michel Temar desde la vicepresidencia, y que es el partido con más gobernadores, conduciendo siete Estados con un electorado de 28,7 millones de personas. En tanto que el PT, solo lo hace en cinco, aunque con un padrón de 34,6 millones de sufragantes. Por su parte, el PSDB es el principal partido de oposición, contando también con cinco gobernaciones, con un padrón de 51,2 millones de registrados para votar. En tanto que vuelve a tener 15 Estados gobernados por la coalición y dos neutros cercanos al gobierno nacional.
A su vez, el PMDB tendrá un rol estratégico en el Parlamento, porque cuenta con la principal bancada en el Senado, con 19 miembros y es la segunda en Diputados, con 66 bancas. Lo que condicionará al PT, que si bien es la primera fuerza en la Cámara baja, con 70 diputados, en el Senado es segundo con 13 integrantes. Esta situación es un dato importante, porque si bien el PSDB tiene tan sólo 54 diputados y 10 senadores, puede sumar el apoyo de los pemedebistas y bloquear iniciativas del petismo, tal como ya sucedió esta semana, donde juntos lograron rechazar un decreto presidencial sobre participación popular.
Así será toda la gestión, porque el PT redujo su bancada de 88 a 70 diputados y la base aliada pasó de 339 a 304, lo que le dificulta mantener una mayoría ante el compacto bloque actual de 201 representantes de la oposición. Más allá de que en el Senado el PT mantiene su grupo de aliados de 52 miembros. Pero lo más complicado es que la composición del Parlamento es más conservadora, donde pesan los bloques de diputados evangélicos, opositores al casamiento igualitario o al aborto; o ruralistas, que se enfrentan a planteos ambientalistas o de los pueblos originarios; y sectores que impulsan la “mano dura” frente a temas de inseguridad. Por lo que será todo un desafío para Dilma Rousseff seguir avanzando en temas de derechos con un Parlamento refractario.
Cabe mencionar que en su discurso de victoria, además de prometer diálogo, sostuvo como principal objetivo de su próximo mandato el de avanzar con la Reforma Política, para la cual se comprometió a convocar a una Consulta Popular, planteo que cambió la cara de Michel Temer, quien estuvo detrás de Dilma Rousseff, especialmente porque las posibles modificaciones afectan intereses específicos de un partido que mantiene un peso electoral mediante a las actuales reglas de juego.
Por otra parte, los medios concentrados siguen presionando a Dilma Rousseff por cambios pro mercado, tal como lo hace un director de Folha de San Pablo, Igor Gielow, quien sostiene que si bien la presidenta venció, ahora tiene que enfrentar un tercer turno, centrándose en la situación económica del país, vaticinando turbulencias como una devaluación fuerte del real (Folha de San Pablo, 27/10/2014). Pero si bien es cierto que el último año la economía brasileña no lograr retomar su crecimiento, teniendo la actual gestión la media más baja, con 1,63%, frente al 4% anual de Lula (2003-2010) o el 2,25% de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), también cabe mencionar que presenta un índice inflacionario bastante bajo, 6,7% anual, y un nivel de pleno empleo, con una tasa que ronda el 5%.
En Río de Janeiro, Miradas al Sur pudo conversar con el economista Eduardo Crespo, quien es profesor de la Universidad Federal de esa ciudad, quien comentaba: “Es claro que la gente quiere un cambio, aunque no es la propuesta neoclásica de Aêcio Neves, que según todos los manuales de Economía que leí implica recesión. Es más, creo que la prudencia monetarista del PT casi le hace perder la elección. No entiendo por qué con 400 mil millones mantiene una férrea disciplina monetaria”. Lo cierto, es que Dilma Rousseff sostendría esa línea, algo que anunció en su discurso, donde reivindico la disciplina fiscal y monetaria de su gobierno.
Aunque también cabe señalar que esta política inclusiva tuvo efecto negativo sobre la base electoral del PT, porque fue una gran porción de sectores medios emergentes la que manifestó su intención de votar a Aêcio Neves, tal como lo analizó una consultora vinculada al petismo de San Pablo. Invitado por la misma,Miradas al Sur participó, como observador desde la cámara Gesell o sala de espejos, en la realización del estudio de grupos focalizados, especialmente uno de clase C2 (media-media) que votó a Dilma Rousseff en 2010 y lo hizo por el tucano en la primera vuelta. Ante la pregunta de ¿por qué lo hicieron?, respondieron sistemáticamente que querían un cambio. Sin embargo, quedaron sin respuesta ante la consulta sobre ¿qué cambios propone Aêcio Neves?
Profundizando el análisis, los participantes intercambiaron situaciones de vida, donde comentaban sus ascensos sociales. Lo sorprendente fue cómo su cambio social afectó su visión política. Una enfermera, que logró graduarse gracias al Pronatec, un programa de formación técnica del gobierno nacional, comentó que en el hospital los médicos amenazan con sacarle el saludo si votaba a Dilma Rousseff, en tanto que en su casa, la que lo hace es su suegra si volviese a hacerlo por Aêcio Neves, recordándole que con el gobierno del PT ella tuvo acceso al auto y a su vivienda. El ascenso social lo reflejó otra participante, quien sostuvo que antes del gobierno petista sólo podía comer menudos, y ahora puede comprarse ¡el pollo entero! También fue interesante el relato de una empleada doméstica, quien sostuvo que su empleadora ahora se enoja porque ella puede ir a la peluquería, comprar la misma ropa e incluso ¡comer kiwi! 
Quizás aquí esté una parte de la victoria de Dilma Rousseff, porque sus spots trabajaron en mostrar que ella y Lula lograron impulsar ese cambio y que sus propuestas pueden seguir transformando Brasil. En tanto que los mensajes de Aêcio Neves eran meras acusaciones y estaba vacío de propuestas, como señalaron los participantes, quienes sostuvieron en su mayoría que iban a repensar su voto. Tal como  señaló en Porto Alegre Raúl Pont a Miradas al Sur, parte de las adecuaciones del discurso en la estrategia de campaña frente a los programas televisivos fue la de buscar uno más asequible por la ciudadanía. Según el dirigente, “el discurso de la primera vuelta estuvo muy centrado en números, que muestran las conquistas, que son buenas, pero necesitamos que la gente relacione esto con la gestión del gobierno. Por eso, durante la segunda vuelta se buscó un lenguaje más coloquial en la presentación del programa”.
Si bien entre los desafíos de Dilma Rousseff estará encontrar políticas que seduzcan a esta nueva clase media, un problema más importante será pensar su relevo. Porque los tucanos salen con dos figuras importantes, el mismo Aêcio Neves, que devolvió al PSDB las aspiraciones de ser partido de gobierno, y Geraldo Alckmin, quien obtuvo más de 15 millones de votos en San Pablo. En tanto que inmediatamente el PT salió a colocar la figura de Lula para el 2018, frente al vacío de referentes que pudiesen aspirar a liderar el Planalto, más allá de que alguno de los gobernadores, como Jaques Wagner o Fernando Pimentel, o incluso figuras como Aloizio Mercadante, actual jefe de la Casa Civil, podrían tener el perfil para postularse. Pero el dato más relevante es que el PMDB también aspirará a colocar candidatos para la sucesión, siendo el principal aliado y clave para la gobernabilidad y victoria electoral, dejando un futuro bien incierto.